La mujer desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible de las zonas rurales. Representan el 49% de la población rural y son un elemento vital de la sociedad rural.
Los cambios estructurales en el modo de vida agrícola que se han producido desde finales del siglo XX -desagrarización, pluriactividad, "desfamiliarización agraria", etc.- han provocado el éxodo de las mujeres rurales hacia las zonas urbanas, donde encuentran mayores y mejores oportunidades de trabajo.
A pesar de este escenario, existen oportunidades para el empoderamiento de la mujer en las zonas rurales, oportunidades que mejorarán su posición económica y social. Sin embargo, en muchos casos se requieren cambios profundos en el papel tradicional del hombre y la mujer.
- Hoy en día, las mujeres son responsables de la producción de la mitad de los alimentos del mundo, hacen dos tercios del trabajo del mundo, y sin embargo reciben sólo el 10% de los ingresos mundiales. Si bien la desigualdad entre hombres y mujeres se mantiene por la falta de oportunidades de empleo, los salarios más bajos y la falta de participación en la toma de decisiones, la brecha es mayor en las zonas rurales.
- Según las investigaciones, las mujeres jóvenes y de mediana edad de las zonas rurales están bien formadas. Esto se traduce significativamente en la aceptación de nuevos desafíos que son una manifestación de la percepción positiva de la iniciativa empresarial. Entre las ventajas de las mujeres que viven en el campo en el mercado laboral figuran la educación, las calificaciones, la experiencia profesional, la capacidad de trabajar en equipo, la creatividad, la resistencia al estrés, así como la buena organización del trabajo, el sentido de la responsabilidad, la disciplina y la concentración en el desempeño de las tareas.
- La mejora de las oportunidades de empleo de la mujer, promover la corresponsabilidad y el reparto equitativo de las tareas domésticas y de las de cuidado entre los hombres y las mujeres del medio rural, son factores esenciales para el desarrollo rural sostenible.
- Por agricultura multifuncional se entiende la iniciación de nuevas actividades no agrícolas en las explotaciones agrícolas y puede incluir la producción y elaboración de alimentos de alta calidad (por ejemplo, la agricultura orgánica, basada en recetas tradicionales, regionales o locales, etc.), la venta directa de alimentos y productos agrícolas, la producción agrícola con fines energéticos, las actividades empresariales no agrícolas (por ejemplo, el agroturismo, los servicios agrícolas, el comercio, la artesanía, etc.), la ordenación del paisaje rural, los servicios de atención, las actividades sociales, la educación preescolar, etc.
- Cuanto más multifuncional sea nuestra agricultura, mayor será el papel de la mujer. El atractivo de esta multifuncionalidad se debe principalmente a que permite la obtención de ingresos complementarios a los obtenidos por la producción agrícola, como consecuencia de la diversificación de sus actividades.
- Las nuevas fuentes de empleo derivadas de la multifuncionalidad de las zonas rurales corresponden, en la mayoría de los casos, a actividades que tradicionalmente han sido realizadas sin remuneración por la mujer rural. En la actualidad es una oportunidad para que la mujer se profesionalice y participe en el mercado laboral.
- Europa cuenta con importantes recursos patrimoniales, la mayoría de los cuales se distribuyen en zonas rurales, que ofrecen grandes posibilidades en cuanto a desarrollo territorial y sostenibilidad. Las huellas dejadas por las manifestaciones de las culturas locales en los territorios nacionales se hacen visibles en un gran complejo patrimonial, que incluye lo cultural, lo natural y el propio paisaje.
Las mujeres han desempeñado tradicionalmente un papel esencial como transmisoras de la cultura tradicional. La transmisión de la sabiduría, las técnicas y los conocimientos relacionados con la vida cotidiana o con los rituales, desempeñan un papel fundamental en la cohesión de la vida familiar y social.
- Este papel ha sido fundamental en la transmisión intergeneracional de conocimientos, en la educación y socialización de los niños, en la comunicación de significados y habilidades relacionadas con el lenguaje, creencias, tradición oral, canciones, danzas, cuentos, juegos, leyendas.
- La búsqueda de nuevas funciones para un patrimonio se limita en su mayoría a las zonas rurales, que incluyen la revitalización de las estructuras del pasado y darles un significado en el presente, más allá de lo puramente identitario, parece ser la línea de acción óptima.
- Vincular las actividades multifuncionales al inmenso patrimonio cultural que tenemos, no parece ser sólo una buena oportunidad, sino también una obligación, para revitalizar las zonas rurales, valorar los bienes culturales de nuestra sociedad y ofrecer a grupos como el de las mujeres rurales una oportunidad de empleo vinculada a la explotación agrícola familiar.