Módulo 4

COMUNICACIÓN EMPRESARIAL Y MARKETING EN ÁREAS RURALES

PANORAMA GENERAL

En este módulo aprenderás a desarrollar un plan de comunicación interna y externa. A partir de la definición estratégica de tu negocio, podrás alinear tus decisiones de comunicación y marketing con los valores y propósitos que has decidido establecer en tu empresa.

Primero debes conocer tu entorno competitivo y definir tus objetivos empresariales. Luego podrás distribuir tus productos y servicios en tu mercado y difundir mensajes que te definan como empresa y como marca.

OBJETIVOS DE APRENDIZAJE

Conocimiento:

Podrá identificar los diferentes conceptos relacionados con la planificación estratégica y el marketing, así como las herramientas de análisis de los entornos competitivos que le ayudarán a minimizar los posibles errores en sus planes de mercado.

Habilidades:

Desarrollará habilidades para mejorar la comunicación interna de su empresa. También mejorará su capacidad para reconocer diferentes tipos de clientes, lo que le llevará a considerar segmentos de mercado y el valor del cliente de manera efectiva. Será más capaz de adaptar su producto, su precio, y los canales a través de los cuales será entregado.

Competencias:

Mejorará sus competencias en la definición de objetivos como forma de alcanzar sus estrategias de mercado y en el desarrollo de sus productos de forma organizada, conociendo las motivaciones de sus clientes, aprendiendo a segmentarlos y adaptando su oferta a sus necesidades específicas. Podrá desarrollar ideas abstractas y trabajar en el desarrollo de mensajes impresionantes con una intención de mercado, a través de la creación de una cultura de marca.

Las empresas, como las personas, deben tener un propósito y una personalidad que las defina y las diferencie de otras. En el caso de las empresas, esto se establece a través de la definición de un plan estratégico, en el cual deben describirse su misión-visión-valores así como establecerse objetivos para lograrlos.

La estrategia debe entenderse como un plan de negocios que busca explotar nuestras ventajas competitivas de manera que nos permita diferenciarnos de nuestros competidores, aprovechando nuestras fortalezas empresariales, con el objetivo de crear mayor valor para nuestros clientes.

El PLAN ESTRATÉGICO se propone a nivel de empresa a largo plazo, pero cada área de negocio debe contribuir al cumplimiento de los objetivos bajo las premisas establecidas en su misión, visión y valores. Así, el PLAN DE MARKETING se gestiona a corto plazo, lo que se denomina gestión operativa, y establece sus propios objetivos en el ámbito del marketing considerando la visión estratégica a largo plazo de la empresa.

En las explotaciones agrícolas y las PYMES, debido a su tamaño, el proceso de planificación estratégica general no suele llevarse a cabo, por lo que el plan de comercialización puede ser un sustituto adecuado del plan estratégico.

La formulación de la estrategia comienza con el establecimiento/revisión de la misión, la visión y los valores de la organización por parte de la dirección.

Misión

¿Quiénes somos?

La misión corporativa es una declaración escrita que describe la razón de la existencia de la empresa y su objetivo principal.

  • ¿Qué hacemos?
  • ¿Cuál es nuestro negocio?
  • ¿Cuál es nuestra razón de ser?
  • ¿Quién es nuestro objetivo?
  • ¿Cuál es nuestro ámbito geográfico de acción?
  • ¿Cuál es nuestra ventaja competitiva?
  • ¿Qué nos diferencia de nuestros competidores?

Visión

¿Quiénes queremos ser?

La visión de una empresa contempla las metas que nos hemos fijado para el futuro, es la concepción de lo que queremos llegar a ser. La visión es motivadora e inspiradora, por tanto todos los objetivos que nos fijemos deben ser realistas y alcanzables. Sin duda, la visión de una organización nos ayudará a guiar a nuestro equipo hacia una meta.

  • ¿Qué quiero lograr?
  • ¿Dónde quiero estar en el futuro?
  • ¿Qué podría incorporar a la empresa que no estoy haciendo?
  • ¿Para quién lo haré?
  • ¿Me dirigiré a otro tipo de clientes?
  • ¿Expandiré mi área de operaciones?
  • ¿Qué recursos o atributos debo tener en el futuro para lograrlo?

Valores

¿Qué valores tenemos?

Los valores de una empresa son principios éticos, creencias o cualidades en los que se basa la cultura de nuestra empresa y que nos permiten crear nuestros patrones de comportamiento.

No hay que olvidar que los valores son la personalidad de nuestra empresa y no pueden convertirse en una expresión de los deseos de los gestores sino que deben dar forma a la realidad. Además, los valores de una empresa determinan la manera en que la empresa se relaciona y actúa con los clientes, proveedores, colaboradores, competidores, etc.

  • ¿Cómo somos?
  • ¿Cuáles son nuestros principios éticos comerciales?
  • ¿En qué creemos?

Como hemos visto para la definición de la estrategia, hay que definir los conceptos, principios y directrices que deben guiar todas las acciones de la explotación. Sin embargo, si nuestros empleados y colaboradores no son conscientes de la cultura corporativa que debe guiar sus acciones y tareas, será muy difícil encontrar coherencia a la hora de ofrecer una imagen al mercado al que nos dirigimos.

Por eso es esencial el desarrollo de la comunicación interna. El primer elemento que debemos lograr antes de ofrecer un producto en el mercado es que todas las personas que trabajan en la empresa o para la empresa mantengan una visión única y uniforme de lo que hacemos, a dónde debemos ir y qué valores deben guiar nuestro comportamiento.

Muchas empresas están destinadas a fracasar desde el principio. A veces nos dejamos llevar por creencias que no se han contrastado con la realidad de nuestro mercado y las circunstancias de nuestro marco de trabajo. Si bien las nuevas tecnologías ofrecen muchas oportunidades, en un entorno rural pueden surgir muchas dificultades en cuanto a los servicios accesorios, el mercado potencial y la logística. Por ello debemos ser muy concienzudos en la elaboración de un plan de negocios que nos ofrezca ciertas garantías.

El desarrollo de cualquier negocio requiere un estudio previo que permita conocer el estado de aquellos factores que afectan a cualquier planteamiento estratégico y de mercado. Se trata de conocer el macroentorno en el que operamos (situación económica, política, social, etc.) y la situación de mercado en la que competimos (competidores, proveedores, clientes, etc.).

Para elaborar un estudio estructurado y sencillo, existen ciertas herramientas que permiten realizar análisis de situación de forma sencilla. Todo proceso de análisis se basa en la descomposición de un problema en sus partes para comprender individualmente sus puntos fuertes y los que tienen oportunidades de mejora.

En nuestro deseo de implementar una estrategia de marketing, hay 3 modelos analíticos que pueden ayudarnos para este propósito:

  • Análisis PESTEL (Macroentorno externo)
  • Análisis de las 5 fuerzas de PORTER (Microentorno externo o mercado)
  • Análisis DAFO (Interno - debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades)

Una vez que hayamos hecho este análisis, podremos empezar a definir los objetivos comerciales y de marketing, y podremos empezar a desarrollar acciones para lograrlos.

El llamado análisis PESTEL es un modelo de marketing. Además, este concepto es utilizado como herramienta por las empresas para rastrear el entorno en el que están operando o están planeando lanzar un nuevo proyecto/producto/servicio, etc.

PESTEL es el acrónimo de Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal. Da una visión a vista de pájaro de todo el entorno desde muchos ángulos diferentes que uno quiere comprobar y seguir mientras contempla una determinada idea/plan.

Porter reconoció que es probable que las organizaciones vigilen de cerca a sus rivales, pero les animó a que miraran más allá de las acciones de sus competidores y examinaran qué otros factores podrían influir en el entorno empresarial. Identificó cinco fuerzas que conforman el entorno competitivo (mercado).

Hasta ahora hemos analizado los elementos externos a la empresa que pueden ofrecernos oportunidades o amenazas para las que debemos estar preparados desde el punto de vista de nuestro plan de comercialización. Pero también debemos conocer aquellos aspectos internos que pueden tener un impacto positivo (fortalezas) o negativo (debilidades) en nuestro plan de marketing. En este sentido, debemos reflexionar sobre aquellas áreas de nuestra explotación que pueden tener un impacto sobre este. Entre estas áreas debemos considerar la producción, la gestión, la sección financiera, la capacidad logística, el equipo de trabajadores, etc. A partir del conocimiento de nuestra finca podemos identificar las fortalezas y debilidades que tenemos como empresa.

El análisis DAFO es un método estratégico utilizado para identificar las fortalezas, las debilidades, las oportunidades y las amenazas. El DAFO identifica los factores internos y externos que favorecen o impiden lograr nuestros objetivos de marketing o para la finca. La identificación de las DAFO es esencial porque los pasos siguientes en el proceso de planificación de la comercialización pueden derivarse de este análisis y algunos objetivos se podrían establecer desde la perspectiva del análisis DAFO.

La comunicación corporativa incluye los objetivos de comunicación, los canales y los mensajes que lanzamos al exterior, pero también incluye los mensajes y el ambiente de trabajo que generamos internamente en la empresa.

El mercado cada vez más competitivo dificulta establecer relaciones duraderas que generen la fidelidad de los clientes, por lo que es esencial la labor de comunicación y prescripción de nuestros productos por parte de nuestros empleados y socios.

En los negocios la comunicación bidireccional es fundamental, según la cual la empresa transmite a través de sus canales, empleados y colaboradores los mensajes que ayudan a vender nuestros productos. Y, por otra parte, deben recopilar información de las necesidades de nuestros clientes y compradores potenciales, para poder así adaptarse, mejorar sus experiencias y fidelizarlos en el futuro.

Internamente, la emprendedora debe reforzar la filosofía corporativa. A partir de esto, crear una cultura de organización que guíe la forma de hacer las cosas teniendo en cuenta los valores y creencias.

En este tipo de relación es necesario crear un ambiente participativo entre los gerentes, empleados y colaboradores, para generar una atmósfera de confianza. También es esencial establecer una comunicación horizontal, en la que la información no tenga barreras que obstaculicen el diálogo entre el personal y el empleador.

Cuanto mejor sea el ambiente de trabajo interno, mejores serán las relaciones de confianza que se establezcan con el público externo. Esto debería ayudar a alcanzar los objetivos comerciales y estratégicos.

Ya hemos visto algunas de las razones para desarrollar un plan de comunicación interna. Ahora debes elegir tus propios objetivos evaluables:

  • Organizar y mejorar el intercambio de información entre las áreas de la empresa, evitando así que trabajen de forma aislada.
  • Crear una cultura de empresa. Si quieres crear una imagen de marca, debes empezar por crear una cultura de empresa en la que todos estén alineados con los valores, códigos y objetivos de la organización.
  • Promover el conocimiento entre los gerentes y empleados. Promover un ambiente de trabajo informado, donde los trabajadores sepan quién los está dirigiendo y cómo; y la gerencia pueda a su vez conectarse con el equipo y saber quiénes son y cuáles son sus fortalezas, debilidades y aspiraciones.
  • Generar una identidad corporativa. La comunicación interna y la cultura de empresa deben promover la idea de pertenencia entre los trabajadores y fomentar el trabajo en equipo, con el fin de tener un entorno de trabajo más cálido y comprometido.
  • Promover la participación interna. Establecer espacios de intercambio de ideas, de contacto social y para el diálogo y el debate, para compartir éxitos y retos, proporcionar información importante e innovar en estos campos.

Hemos mencionado que la misión de la Comunicación Interna es conectar los objetivos de la organización con los de los colaboradores. Para ello, lo importante es encontrar tres o cuatro mensajes clave. Ahora veremos algunas consideraciones importantes a tener en cuenta al crear un mensaje para el colaborador.

  • Usa un lenguaje 100% comprensible.
  • Evita ser muy extenso. Recuerda: en la comunicación, menos es más.
  • Intenta siempre alinear el contenido del mensaje con la filosofía de la empresa o con algún objetivo de la organización.
  • Se creativo; las imágenes, los gráficos y los vídeos comunican mucho más que el texto.
  • No uses una sola herramienta para comunicar. Ten cuidado de no abusar de las herramientas de comunicación interna.
  • Piensa en el impacto que quieres lograr con la comunicación y utiliza diferentes herramientas internas para comunicar el mensaje y así asegurar la cobertura y que el empleado lo lea.
  • Ponte en el lugar del colaborador, haz su ruta diaria y observa cuáles son los puntos de contacto donde podemos conectar con ellos.
  • De esta manera podrás adaptar los medios y herramientas de comunicación según el perfil del empleado y sus rutinas.
  • Asimismo, técnicas como el relato también ayudan a conectar para comunicar con la emoción y movilizar a los colaboradores.

Hay muchas herramientas posibles para establecer una sana dinámica de comunicación interna en una empresa. Intenta identificar las que mejor se adaptan a tu forma de trabajo y las que son más adecuadas al tamaño del equipo y al perfil de tus empleados. Debe haber herramientas unidireccionales y bidireccionales que garanticen la retroalimentación entre los gerentes y los empleados. Aquí están algunas de las más comunes:

  • Reuniones. Las reuniones individuales o grupales son importantes para generar y transmitir ideas, compartir y tomar el pulso del equipo, identificando las necesidades en ambas direcciones.
  • Sistemas de vigilancia del rendimiento. A través de las reuniones de evaluación individual se pueden establecer objetivos individuales, vinculados a las líneas estratégicas, de manera que se promuevan los comportamientos deseados.
  • Boletines internos. Boletines, informes mensuales o semanales, circulares, etc., en los que se proporcionan al trabajador noticias de interés e información importante y en los que se fomenta el intercambio entre compañeros.
  • Manual o guía del empleado. Proporcionar a los empleados folletos con la información básica que puedan necesitar para comunicarse con otros departamentos, así como la información necesaria para la identidad corporativa: la historia de la organización, su organigrama corporativo, su misión, visión y valores, etc.
  • Carteles informativos. Deberán colocarse en lugares muy visibles o de gran tráfico, donde se pueda ofrecer información de diversa índole e incluso invitar al público interno a participar.
  • Intranet. Redes informáticas a las que sólo tienen acceso los miembros de la organización, donde pueden compartir archivos, realizar videoconferencias, enviar documentos...
  • Correo electrónico. Un correo electrónico institucional es una buena forma de promover la afiliación entre los miembros de la organización y de permitir un rápido intercambio de información con un gasto mínimo de recursos.
  • Buzón de sugerencias. Es una forma de recoger las preocupaciones y necesidades de los trabajadores; al hacerlo de manera anónima, facilita una comunicación más directa y libre.
  • Protocolos y descripción de los procesos. A través de las características de los puestos de trabajo se describen las tareas, pero también es posible describir las pautas de comportamiento, los mensajes y los aspectos relacionados con la comunicación externa e interna.
  • Encuestas de clima

En cuanto al marco de relaciones, nuestra empresa comparte espacio con diferentes agentes como trabajadores, entidades públicas, clientes y la sociedad en su conjunto. Adaptar el mensaje en cada dirección depende de las necesidades específicas de cada persona, de cómo esa necesidad genera un deseo y una demanda limitada a su capacidad de adquirir un bien o un servicio.

Uno de los objetivos del marketing es identificar esas necesidades y deseos, diseñando productos que satisfagan esos aspectos para generar demanda. Pero para lograr esta función de la comercialización debemos antes definir a quién nos dirigimos.

Entre todo el mercado potencial elegiremos un grupo que será nuestro público o destinatario; cuando diseñemos un producto o comunicación lo haremos pensando en ese destinatario y sus preferencias. Este público es una porción del mercado potencial, que puede dividirse en segmentos o nichos menores de clientes con características homogéneas.

Conociendo los objetivos, sus características, deseos y necesidades, tendremos que diseñar productos diferenciales que satisfagan a estos grupos de manera diferente a la competencia. Debemos ofrecer un valor añadido que nos diferencie de la competencia y que suponga un plus para aquellos que decidan comprar nuestro producto.

Aunque con el análisis de las 5 fuerzas de Porter deberíamos haber sido capaces de identificar y cuantificar nuestro mercado potencial, ha llegado el momento de caracterizarlo identificando su comportamiento y comprendiendo sus preferencias en la manera de comprar y consumir. A veces no estamos interesados en dirigirnos a todo nuestro mercado y trataremos de ir a grupos específicos dentro este, por lo que puede ser interesante dividir el mercado potencial en segmentos o grupos homogéneos con características similares. Por ejemplo, queremos vender un producto exclusivamente a grupos de personas con un alto poder adquisitivo, o queremos dirigir nuestros productos a familias con niños, o bien a personas deportistas y/o preocupadas por su salud, o queremos vender a empresas de catering.

En este sentido, es importante investigar continuamente el mercado para encontrar aquellos grupos que puedan ser de nuestro interés, en términos de valor y en lo relacionado con nuestra misión, visión y valores. Por ejemplo, hemos decidido ser una empresa orientada a la producción de productos ecológicos para proteger nuestros cultivos y ser respetuosos con el medio ambiente, a la vez que protegemos nuestra salud y la de nuestros clientes. En este sentido, podríamos orientar nuestro producto a familias con niños y personas que se preocupan por su salud.

La selección de estos segmentos a los que nos dirigiremos es importante, ya que determinará nuestra forma de dirigirnos y cómo nos comunicaremos con ellos. La segmentación es muy importante; nos permitirá identificar grupos homogéneos con características y necesidades comunes. Nos permitirá adaptar el Marketing Mix (Producto, Precio, Punto de venta y Promoción). Y nos permitirá ser eficientes, ya que podremos dirigir los recursos de marketing que queremos alcanzar.

El objetivo principal es segmentar el mercado para poder dirigir las acciones de marketing a un público con variables comunes. Por lo tanto, cuando vamos a segmentar el mercado debemos adaptar también nuestra estrategia de Marketing Mix.

Para ello, previamente se analizan las diferentes variables de segmentación para conocer los gustos, intereses y motivaciones del potencial comprador. Proponemos algunas cuestiones a tener en cuenta.

  • ¿Qué determina su decisión de compra?
  • ¿Qué buscan con la compra?
  • ¿Con qué frecuencia compran?
  • ¿Para quién compran?
  • ¿Cómo influye el precio?
  • ¿Es una decisión planeada o es espontánea?
  • ¿De dónde vienen?
  • ¿Qué características de servicio del producto son más valoradas?
  • ¿Cómo buscan el producto o servicio?
  • ¿Qué edad tienen?
  • ¿Quién decide la compra?

A continuación se presentan algunas de las variables de segmentación del mercado más comunes:

Consiste básicamente en identificar y localizar los segmentos más atractivos para la empresa (ya sea por volumen o por posicionamiento de la propia empresa) y atacarlos, adaptando nuestro Marketing Mix (las 4P del Marketing que veremos en la siguiente sección).

Una vez definidos los objetivos empresariales y comerciales es necesario diseñar estrategias. En Marketing tenemos 4 instrumentos básicos para ello. Estos elementos son las variables conocidas como las 4P por las iniciales, en inglés, de cada una: Producto, Precio, Punto de venta y Promoción.

Estas variables suelen ser controlables por la empresa, pero en las PYMES sólo serán relevantes si realizamos un marketing propio en el que podamos mantener cierto poder en el mercado.

  • Por un lado, el producto y la distribución son elementos estratégicos que pueden evolucionar pero que suelen tener una permanencia a largo plazo.
  • Por otro lado, el precio y la promoción son instrumentos tácticos que pueden cambiarse fácilmente si tenemos control sobre ellos.

Desde el punto de vista del comprador, las 4P se convierten en 4C:

  • Producto ‑ Consumidor
  • Precio - Coste
  • Punto de venta - Conveniencia
  • Promoción - Comunicación

Nuestro producto será cualquier bien o servicio que pueda satisfacer las necesidades de nuestro público objetivo (cliente-comprador). En este sentido, no sólo debemos centrarnos en las características del producto sino también en los beneficios que genera, así como en los sentimientos del consumidor.

Quien compra un producto orgánico, además de la necesidad de comer, busca un producto saludable, que también satisfaga la necesidad de seguridad y tranquilidad que ofrece dicho producto. Debemos considerar qué valores o necesidades pueden ser cubiertos por la compra de productos de patrimonio cultural. Nuestra capacidad de generar experiencias podría vincular la compra de nuestros productos a las necesidades emocionales de estos usuarios, vinculándolas a nosotros a largo plazo (lealtad).

Además de estos conceptos, el producto también consta de otros aspectos como calidad, diseño, marca, servicios, financiación, garantía, etc. Para definir un producto hay que tener en cuenta todo esto y no responder a un criterio simplista. Con esto se genera un valor percibido, lo que hace que cada cliente potencial decida o no comprar y esté dispuesto a pagar un precio u otro.

El conjunto de los diferentes productos que ponemos en el mercado determina nuestra cartera de productos. Debemos decidir sus complementariedades, su homogeneidad y la forma en que los agruparemos (se venderá de forma individual o conjunta).

Cuando definimos las características que distinguen e identifican nuestros productos estamos diferenciando productos, y esta debe ser una de nuestras ventajas competitivas. La manera de diferenciarse es diversa: por calidad, precio, diseño, imagen, servicios, etc. En nuestro caso, el hecho de apoyar a grupos nos diferencia de otros productos tradicionales que no aportan ese valor diferencial, con lo que pueden no tener productos competitivos.

Los aspectos que debemos desarrollar son la marca, la forma y el envase, que facilitarán el reconocimiento del producto, y permitirán la diferenciación y generar una imagen positiva hacia el producto y la empresa.

Marca, posicionamiento y diferenciación

Para reforzar nuestra posición competitiva debemos dotar a nuestros productos de todos los elementos diferenciadores que podamos, para tener un producto más fuerte y poder llegar a más tipos de clientes.

La marca es un valor intangible ligado al producto, incorporando valores culturales y emocionales; los elementos diferenciales son los que se asocian a la marca generando un vínculo emocional con el producto.

Ya hemos hablado del posicionamiento, que es el lugar que ocupamos en la mente del consumidor en relación con otros productos del mercado. En gran medida dependerá de todos los atributos diferenciales que hayamos asociado a nuestro producto, y determinará el grado de preferencia de un consumidor hacia nuestro producto.

Conociendo nuestra posición es relevante para mantener o corregir la posición que tenemos en la mente del consumidor. Hay varias acciones posibles para posicionar los productos:

  • Según las características del producto.
  • Por los beneficios o problemas que resuelven.
  • Por el tipo de uso que se hace.
  • Por la clase de usuarios que acceden al producto.
  • En lo que se refiere a otros productos de la misma clase o de otras clases.
  • En lo que se diferencia con otros productos de la misma clase.

Ciclo de Vida

Este es un concepto relevante e intenta asemejarse al comportamiento de un producto en el mercado con fases biológicas. De esta manera explicamos la evolución de un producto desde su lanzamiento hasta su desaparición. En este sentido, se definen 4 fases: introducción, crecimiento, madurez y declive. Estas fases están asociadas a la evolución de las ventas y los beneficios, y es una forma estándar de analizar la evolución de un producto, el comportamiento de los consumidores y nuestras estrategias de marketing o competitivas.

La teoría económica clásica establece que cuando un precio cae la demanda tiende a aumentar, y viceversa, e introduce el concepto de elasticidad: si el crecimiento de la demanda es mayor que la disminución del precio, la demanda es elástica y si esto no ocurre es inelástica. La elasticidad depende no sólo del tipo de producto sino también del tipo de consumidor.

El precio de comercialización es el valor monetario que el comprador está dispuesto a pagar por un bien que satisfaga sus necesidades (utilidad) y que el vendedor está dispuesto a vender para cubrir sus costes y márgenes comerciales.

Los costes unitarios, es decir, lo que nos cuesta producir una unidad de producto comercializable, determinan el precio mínimo para no incurrir en pérdidas (ganancias/pérdidas=ingresos-costes) y el precio máximo estará determinado por la sensibilidad al precio de los diferentes segmentos de compradores (el precio medio que un cliente potencial está dispuesto a pagar). Por tanto, la decisión debe tomarse entre estos límites, condicionando la decisión a la obtención de un margen unitario racional que nos garantice una cierta rentabilidad y a la posición competitiva de productos similares o sustitutivos vendidos por la competencia.

Métodos comunes de fijación de precios:

  1. Costes.
  2. Competencia.
  3. Demanda.

Estrategias

El método del coste nos permitirá fijar un precio mínimo de venta, pero normalmente en el mercado los grandes productores fijan precios que suelen ser la referencia para el consumidor y el resto de los productores se posicionan por encima o por debajo de ese precio.

Nuestra posición en precio puede basarse en la diferenciación del producto que justifique que estemos por encima o por debajo del líder del mercado. En respuesta a esta diferenciación por calidad/servicios (calidad, disponibilidad, garantías, etc.) se determinarán 9 posibles estrategias de precios.

Las estrategias marcadas con una “X” no deben ser tenidas en cuenta. En la línea superior encontramos una posición estratégica en la que ofrecemos mejores calidades, atributos y/o servicios que los líderes del mercado, por lo que en base a nuestra estructura de costes, a partir de nuestras expectativas de rentabilidad y nuestros objetivos comerciales, posicionaremos nuestro precio por encima, igual o por debajo.

Las posiciones marcadas en gris serían aquellas en las que nos diferenciamos en precio, ofreciendo siempre precios más bajos, sabiendo que somos iguales o peores que nuestros competidores en cuanto al producto.

Una vez que hemos definido el producto que vamos a vender y el precio de venta, tenemos que determinar dónde vamos a vender y cómo vamos a hacer llegar el producto al consumidor final. La misión de la distribución es hacer que nuestro producto esté disponible para su compra. En este sentido tenemos que considerar varios conceptos:

  • Fuerza de ventas: el conjunto de vendedores que tiene una empresa; desarrollan ventas personales e implican un contacto directo entre la empresa y los clientes.
  • Agentes: terceras partes que representan los productos a cambio de una contraprestación.
  • Franquicia: forma de colaboración entre dos empresas, de modo que por contrato una concede a la otra, a cambio de una cantidad y condiciones, el derecho a explotar una marca, asegurando servicios y asistencia para dicha explotación.
  • Intermediario: persona u organización que adquiere nuestros productos para venderlos a otro comprador, obteniendo así un beneficio, participando activamente en la transferencia del producto, lo que puede afectar al proceso de compra y prescripción. El intermediario puede ser un minorista y vender al cliente final directamente o ser un mayorista y vender a otros intermediarios.
  • Canal de distribución: conjunto de intermediarios a través de los cuales un producto pasa del productor al consumidor.

Los tipos de canales de distribución se caracterizan por el número de intermediarios que participan entre el productor y el consumidor:

La promoción se basa en la comunicación para transmitir información que estimule la demanda de los productos a los que se refiere. Entre los objetivos de la promoción tenemos:

  • Informar sobre la existencia del producto, dando a conocer sus características y las necesidades que cubre.
  • Persuadir sobre los beneficios que ofrece y estimular la demanda.
  • Recordar la existencia del producto y sus ventajas, para evitar cambios de marca.

Además de para estos objetivos podemos utilizar la promoción como una herramienta para:

  • Creación de imagen: imagen subjetiva de un producto por lo que proyecta o simboliza (credibilidad, acción solitaria, posición social, prestigio, etc.).
  • Diferenciación del producto: comunicar los aspectos diferenciales del producto que lo diferencian de la competencia.
  • Posicionamiento del producto o de la empresa: la imagen que generamos y los aspectos diferenciales nos posicionan en la mente del consumidor con respecto a otros productos similares.

Dentro de la estrategia comercial la empresa tiene que decidir hacia dónde se dirigen sus esfuerzos de comunicación, si decide destinarlos al canal y a los intermediarios (push) o a los compradores (pull):

  • Estrategias “Push”: tratan de fomentar la comunicación y los recursos para potenciar la acción del canal, de manera que impulsen las ventas. Así, los vendedores, agentes e intermediarios “empujan” las ventas.
  • Estrategias “Pull“: tratan de incentivar y poner los recursos en la comunicación hacia los compradores para que sean ellos los que vayan a los puntos de venta en busca del producto, de modo que el comprador “tire” de las ventas.

Herramientas tradicionales

Herramientas digitales

Web o blog

Un sitio web o un blog son dos herramientas principales en las que centrar una campaña de marketing digital o intermedio. Disponemos de herramientas complementarias de agrocomercio digital como páginas web, redes sociales, plataformas multimedia, foros y otros elementos para lograr una mayor visibilidad de nuestras campañas de comercialización de alimentos.

Motores de búsqueda

El don de la agricultura se mueve y se muestra por sí mismo. Si uno de sus objetivos es estar entre las primeras posiciones o en la primera página de Google, debe necesariamente usar el posicionamiento orgánico (SEO) o de pago (SEM) en su estrategia de agrocomercio online.

Pantallas de publicidad

Es la herramienta digital de comercialización agrícola más cercana y tradicional. Se trata de anuncios (banderolas) de diferentes tamaños y formatos (texto, imágenes, gráficos, vídeos...) que ocupan un lugar destacado en los portales agrícolas de Internet de forma llamativa e impactante.

Correo electrónico

Una herramienta efectiva que se ha adaptado a los cambios. Tiene la capacidad de funcionar en combinación con otras estrategias. El e-marketing en agricultura puede hacerse con bases de datos propias o de terceros, en forma de boletines, catálogos, etc.

Redes sociales

Siguen creciendo desde la llegada del marketing digital. Las redes sociales son un complemento eficaz para la comunicación de contenidos, la creación de agrocomunidades para su servicio o producto, para la creación de marcas y también como medio de atención al cliente.

 

Marketing Digital

Cada empresa decidirá, según su estrategia, qué canal le conviene más y cuál le da el mayor rendimiento. Lo ideal sería establecer un marketing mix que reúna todos los canales existentes, pero siempre teniendo en cuenta la premisa de no desperdiciar energía en herramientas que no impacten en nuestro cliente objetivo.

  • Crear un sitio web de calidad
    La necesidad de crear una página web es indiferente al sector de actividad de la empresa, ya que esta página es, en muchos casos, el primer y único escaparate del negocio. La página web responde a la necesidad de una presencia en Internet. Si no, el cliente potencial encontrará a la competencia y cuestionará la seriedad del negocio. El sitio web es el elemento a partir del cual se articula toda la estrategia en Internet del negocio.
    Elementos como la posibilidad de incluir un blog, una tienda, formularios, galería de fotos, que la página tenga módulos de posicionamiento en línea y que responda o se adapte a los teléfonos móviles, son los más importantes a la hora de elegir un proveedor de garantías de sitios web.
  • Crear una marca identificable
    Aunque tener un sitio web es importante, también lo es tener una buena presencia en él. Crear una identidad visual parece ser algo exclusivo de las grandes empresas pero esto es incierto, bajo la premisa de que la identidad corporativa es la imagen que el cliente tendrá en su memoria. Es importante cuidar la homogeneidad en Internet en todo tipo de negocios.
    Desde cuidar el diseño del logotipo hasta tener homogeneidad en los colores, serán elementos que ayudarán a crear un mensaje único e institucional que aportará seriedad a la comunicación.
  • Promover el posicionamiento en Google
    El SEM o posicionamiento de pago consiste en pagar por el posicionamiento para ciertas palabras clave. La gestión de este canal no es fácil y muchas veces se subcontrata a una agencia de comunicación.
    Por otro lado, el SEO es el posicionamiento que nos da Google dependiendo de la actividad de nuestra web. Es importante tener una página web “viva” y es mejor añadir contenido regularmente.
  • Contacte a sus clientes con el email marketing
    Uno de los elementos más poderosos en Internet son las campañas por correo electrónico. El email marketing permite a las empresas comunicarse masivamente pero con un mensaje personalizado para cada cliente. Tener una base de datos es un activo poderoso y crucial a la hora de comunicarse con tus clientes. Un buen trabajo de segmentación permitirá informar a la persona adecuada en el momento idóneo con una oferta personalizada.
  • Impacto directo gracias a los SMS masivos
    Ideal para las comunicaciones que necesitan un impacto más directo, el marketing por SMS es una herramienta con una eficacia muy alta. Con una inserción completa en todos los teléfonos móviles, los mensajes de texto se abren en el 98% de los casos y se leen 5 minutos después de su envío, dos buenas razones para enviar SMS a clientes o suscriptores. El uso de SMS es una poderosa herramienta de marketing para los clientes o potenciales clientes que ya conocen la marca. Es sobre todo una herramienta de fidelización.
  • Las redes sociales al servicio del mundo rural
    El uso de las redes sociales para publicar contenidos como blogs, ofertas, noticias del sector, etc., es una buena acción para mantenerte presente en la memoria de los clientes. Cada empresa debe conocer las peculiaridades de su cliente y saber dónde encontrarlo: Facebook, Linkedin, Twitter, etc.

El ecosistema en línea ofrece muchas oportunidades

  • Costes. La comercialización en línea es accesible en términos de presupuesto, más aún si la comparamos con los canales de comercialización tradicionales como la televisión, la radio o los periódicos.
  • Control, optimización y corrección de las campañas en tiempo real. Esto es posible gracias a la recopilación de datos, el seguimiento y la posibilidad de consultar en tiempo real los resultados que se están obteniendo de forma precisa.
  • Gran flexibilidad y dinamismo. En base a los resultados obtenidos, se procede a generar pruebas y cambios según el comportamiento de los clientes objetivo de la campaña en cuestión.
  • Segmentación. Al crear una campaña de marketing en línea se puede optar por una segmentación específica y su medida, teniendo en cuenta datos socio-demográficos, psicológicos, como su comportamiento en Internet y más.
  • Generación de datos e informes. Obtenemos una medición precisa y datos de la campaña realizada. Índices como: resultados obtenidos, alcance, impresiones, clics, inversión, retorno de la inversión (ROI), etc.

Recomendaciones para trabajar con el marketing digital, las 4F del marketing digital:

  • Flujo: Un concepto de la multiplataforma o transversal. Es el estado en el que entra un usuario de Internet cuando se sumerge en tu sitio web, generando una experiencia de interactividad y de captación de atención.
  • Funcionalidad: Hace referencia a una página de inicio atractiva, con una navegación limpia y práctica para el usuario. Una navegación intuitiva y fácil. Aplicación del estándar “KISS” (Keep It Simple Stupid). Hace que la usabilidad y la persuasión (AIDA) sean importantes.
  • Retroalimentación: Internet da la oportunidad de preguntar al cliente objetivo qué es lo que le gusta y qué es lo que mejoraría. Construir una relación con él. Dialogar con el cliente en un canal de dos vías.
  • Lealtad: Crear comunidades de usuarios. Establecer un diálogo personalizado con los clientes. Cautivarles.

Para una mejor comprensión y uso del contenido de este módulo te animamos a revisar nuestros estudios de casos. A continuación encontrarás dos estudios de casos vinculados a cada uno de los capítulos del módulo.

Capítulo 1: Plan de estrategia y comunicación

(Estudio de caso El Madroño, ES)

Las empresas familiares que han optado por una gran profesionalización han definido su misión centrándose en sus puntos fuertes y su visión orientada a una gestión familiar sostenible basada en la comunicación.

Capítulo 3: Comunicación interna

(Estudio de caso El Madroño, ES)

La familia ha establecido un comité ejecutivo donde comparten información y toman decisiones en común. A la vez, mantienen una política en la que los empleados se sienten parte de la empresa y contribuyen a su desarrollo.

Capítulo 5: Marketing Mix

(Estudio de caso Orellana Perdiz y El Madroño, ES)

Se destacan por tener un portafolio de productos diferenciados y de calidad, vinculados al patrimonio cultural (cortijo) y natural (dehesa), con un posicionamiento y canales de distribución nacionales e internacionales.

Capítulo 2: Análisis de mercado

(Estudio de caso Orellana Perdiz, ES)

Tras identificar un cambio de modelo sectorial, decidieron diversificarse construyendo una cartera coherente de productos y servicios en la que supieron aprovechar sus puntos fuertes tratando de superar las dificultades.

Capítulo 4: Conozca sus clientes

(Estudio de caso Orellana Perdiz)

Lanzaron su oferta de servicios turísticos y decidieron dar prioridad a los turistas extranjeros, para lo cual llegaron a acuerdos con canales de distribución internacionales y desarrollaron una estrategia de comunicación adecuada.

 

  1. Todo proyecto debe basarse en una estructura bien construida. Establecer los principios estratégicos de tu negocio será fundamental para articular tu comunicación y tus procesos.
  2. Para el desarrollo de tus objetivos primero debes conocer tu entorno, lo que significa conocer el marco en el que trabajas, tu mercado y tus clientes. Analizar, caracterizar y segmentar debe ser parte de tu forma de trabajo.
  3. Hoy en día la estrategia de comunicación debe mirar no sólo al exterior sino también al interior de la empresa. Los empleados son el primer eslabón para llegar a los clientes. Deben ser una extensión de tu visión, misión y valores. Por eso la comunicación interna debe ser una prioridad.
  4. El marketing es una herramienta con la que acercarse al mercado. La definición de los productos es la base para crear una oferta atractiva. Es fundamental definir precios que aseguren la rentabilidad y posicionar los productos de acuerdo a la estrategia de ventas. Es importante definir los canales a través de los cuales trabajaremos y las herramientas que daremos a nuestra fuerza de ventas para lograr nuestros objetivos. Para ello, debes comunicar y lanzar mensajes a través de los canales existentes. Internet ofrece muchas posibilidades y debes seleccionar las opciones que mejor se adapten a tus propósitos.

Con el fin de adaptar tus conocimientos a un caso real, te proponemos un supuesto para que reflexiones y construyas un caso hipotético basado en tu entorno y tus gustos. Vamos a crear una empresa de turismo en tu finca que vende tus propios productos en la granja y en la región.

  1. Para construir tu estrategia, es esencial determinar la misión, la visión y los valores. Escribe cómo estos tres elementos se adaptarían a tu idea de negocio. Justifica las razones de tu misión, visión y valores.
  2. ¿Cómo quieres que todos sus trabajadores conozcan y participen en tu estrategia? (Para que todos actúen de forma homogénea y coherente con tu misión, visión y valores).
  3. ¿Cuáles son los elementos de tu entorno y de tu finca que pueden ayudarte o dificultar el desarrollo de tus nuevas actividades? Intenta hacer un análisis DAFO, basado en tu realidad actual.
  4. ¿A qué tipo de clientes quieres dirigirte? ¿En qué tipo de segmentación te quieres centrar? ¿Cómo te vas a comunicar con ellos y qué mensajes quieres enviarles?
  5. ¿Cuáles son los productos que vas a vender? ¿Cómo vas a diferenciarlos para que se adapten a los gustos de tus clientes potenciales?
  6. ¿Qué política de precios vas a definir, qué canales de comercialización deseas utilizar y qué medios son los más adecuados para tu estrategia?

Hacer clic en el botón de abajo para iniciar la autoevaluación.

  • Santesmases Mestre, Miguel. Fundamentals of Marketing, Ed. Piramide.
  • Santesmases Mestre, Miguel. Marketing, Concepts and Strategies, Ed. Piramide.
  • R. Alonso Sebastián. Agrifood Business Economy. Ed. Mundiprensa.
  • Ballesteros, Enrique. Agricultural and Food Business Economics. Ed. Mundiprensa.
  • Kotler, Philip. Broadening the Concept of Marketing. Journal of Marketing. 1969.
  • L. Roberto, Eduardo. Social Marketing. Ed. Diaz De Santos. Madrid. 1992
  • Zaltmand, Gerald. Social Marketing: An Approach to Planned Social Change. Journal of Marketing.
  • Leal Jiménez, Antonio. Social Marketing Management. Mcgraw-Hill. Madrid. 1992.
SUBIR