Tatjana ha trabajado como profesora de Historia y Geografía en una escuela de primaria durante 10 años. En una pequeña granja, vio el potencial para convertir su pasión por la panadería en una oportunidad empresarial que se ha ido acumulando a lo largo de los años y que le permite obtener unos ingresos sólidos. Dirige un hogar y se ocupa de criar tres hijos con su marido. Participa en el trabajo estacional y en el trabajo administrativo (contabilidad) de la granja, que le lleva aproximadamente la mitad del tiempo. De las actividades adicionales, dedica la mayor parte de su tiempo a la panadería y a la elaboración de productos de hierbas. Transfiere su experiencia docente a grupos escolares que participan en jornadas de ciencias naturales y técnicas preparadas por Tatjana y que están vinculadas al trabajo en el campo. El trabajo en la granja lo realizan su marido y ella misma, pero también es mentora de un estudiante que va a contratar. Las principales razones del desarrollo de las actividades multifuncionales fueron el deseo de permanecer en la granja y crear puestos de trabajo, aumentar los ingresos y preservar el campo. En su opinión, las diferencias entre hombres y mujeres en la realización del trabajo son la racionalidad del hombre y la emocionalidad de la mujer (ella reacciona y toma decisiones más rápidamente). A través del trabajo ella se ha probado a sí misma y ha aprendido a valorarse. Tatjana también es socialmente activa, ya que participa en la junta directiva de la Asociación Turística Þmartno ob Paki y en la Junta de Supervisión de la LAG de la Alta Savinja y el Valle de Sale. Se esfuerza por añadir nuevos productos a su oferta cada año. Ella insiste en la calidad del producto y en la elaboración de productos hechos a mano. Sus productos son pan casero, diferentes tipos de galletas, jarabes y licores de hierbas y mermeladas (los ingredientes son producidos en la granja en la medida de lo posible). Ella controla los productos semiacabados y los productos terminados por su cuenta para afirmar su calidad.

En su actividad, también ve la oportunidad de contratar mujeres, lo que afectaría a la conservación del campo. En los últimos veinte años, las mujeres están más decididas y se han vuelto más independientes y pueden esperar un papel más activo en la sociedad. El entorno social también favorece el espíritu empresarial de las mujeres. Con el aumento de la tendencia a lo casero y lo local, se están creando buenas condiciones para el empleo en las zonas rurales. La mujer empresaria debe ser decidida, debe “atreverse”, ser persistente (los ingresos llegan después de 2-3 años). En la granja, la cooperación con un socio es muy importante, especialmente en las decisiones financieras.